La DGT evalúa cambiar las etiquetas ambientales de los vehículos híbridos gracias al proyecto LIFE GySTRA

Gracias al proyecto LIFE GySTRA se ha podido comprobar que existen importantes discrepancias entre las emisiones teóricas que debería tener un vehículo según su etiqueta ambiental y las emisiones que tiene en realidad.

Los resultados de este proyecto pueden tener como consecuencia un cambio en la definición de etiquetas, según apuntan diversos medios.

Las etiquetas ambientales de los vehículos son establecidas por la Dirección General de Tráfico (DGT). Se trata de un sistema de clasificación de vehículos en función de su potencial contaminador.  Los criterios para clasificar el parque de vehículos se realizaron dentro del marco de un grupo de trabajo liderado por la DGT y en el que participaron múltiples organismos. Las clasificaciones se establecieron lo mejor posible con los datos disponibles en el año 2011. La clasificación de los vehículos según este protocolo va acompañada de un distintivo visual, una pegatina que debe colocarse de forma clara en el vehículo. Esta etiqueta tiene ahora importante consecuencias, ya que los organismos locales y regionales se ciñen a ella para regular el tráfico y acceso de los vehículos por las vías públicas. De este modo, los vehículos pueden entrar en Zonas de Bajas Emisiones como en Barcelona o Madrid sólo si tienen una etiqueta que represente que el vehículo es suficientemente limpio.

Gracias al proyecto LIFE GySTRA, Opus RSE ha podido comprobar que cuando los vehículos híbridos circulan en modo combustión (no-eléctrico), sus emisiones pueden ser tan altas o mayores que las de los vehículos de combustión tradicionales. 

Esto es muy relevante, porque no hay control alguno sobre cuándo, en qué trayectos o durante cuánto tiempo los vehículos híbridos circulan en modo eléctrico. Algunos estudios previos apuntan que en algunas partes de Madrid, los vehículos híbridos enchufables con una autonomía eléctrica de más de 40km, en realidad circulan el 75% del tiempo en modo combustión.

Debido a lo anterior, el año que viene se van a revisar las etiquetas en España, con el objetivo de reflejar mejor el potencial contaminante real de cada vehículo. Algo que se espera que sea muy importante para los vehículos híbridos. Actualmente las etiquetas no tienen en cuenta el peso o consumo de los vehículos. Por ello, por ejemplo, un utilitario gasolina muy pequeño con bajo consumo puede tener una etiqueta más penalizadora que un todoterreno con etiqueta CERO de elevado consumo, que realmente sea más contaminante.

¿Por qué es esto? Un vehículo PHEV con etiqueta CERO tiene un motor eléctrico y componentes adicionales a su homólogo puro de combustión. Esto hace que su peso sea mayor, por lo que es lógico que sus emisiones reales también lo sean cuando circula en modo combustión. La creciente proliferación de turismos de gran peso, los llamados SUV, con etiqueta ECO o CERO, debe revisarse